¡Fútbol, que ilusión!

El fútbol aún puede mejorar ¿no es cierto?

No escribo sobre balonpie porque la selección española acabe de ser derrotada en el mundial de fútbol, aunque sí es cierto que ahora que se desvaneció la ilusión de gloria futbolera se puede pensar mas friamente.
El fútbol pasó de juego a deporte, de deporte a espectáculo y de espectáculo a negocio. Pero el gran negocio del football continúa siendo juego, deporte y espectáculo. Y estos dias es sobre todo un gran entretenimiento que mueve dinero y afición. Un entretenimiento que permite soñar y apasionarse a millones de espectadores en todo el mundo. Que los hace identificarse con los colores de la camiseta que visten en el campo las grandes estrellas. Lo cual me resulta curioso, y no lo digo porque casi todos los equipos sean multirraciales, sino porque las figuras del deporte no tienen nada que ver con el aficionado medio; empezando por sus ingresos, siguiendo con su forma física, y acabando en que se dedican al deporte por profesión y no por afición. Puede decirse que lo único que tiene en común el aficionado de una selección y sus jugadores es la nacionalidad. Aún así representan a su país como si fueran embajadores. Sí; son como diplomáticos, políticos o monarcas: van acompañados de banderas e himnos nacionales allá donde van.
El mundial es mucho mejor que Eurovisión. ¡Viva el furbol!