¿Qué es el amor? Normalmente definiríamos el amor (romántico) como la atracción hacia una persona especial (o algo similar)
Pero según los fríos científicos, parece no es otra cosa que un estado de estrés neuroquímico, una confusa situación en la que instinto y emoción se reparten el control
De lo que no cabe duda es de que la razón se aparta a un lado hasta que se relaja el asunto. Las crudas (y parecería que resentidas) palabras de Ortega y Gasset lo expresan así:
“El enamoramiento es un estado de miseria mental en que la vida de nuestra conciencia se estrecha, empobrece y paraliza.”
En cualquier caso, el amor es una parte excepcional del erotismo. Y el erotismo es excepcional con respecto a la sexualidad.
El amor y el erotismo son singularidades humanas, al parecer universales a lo largo de la historia de las civilizaciones. En palabras de Octavio Paz:
“Uno de los fines del erotismo es domar el sexo e insertarlo en la sociedad”.
Podríamos decir también, en la misma línea, que el amor es un erotismo selecto y suavizado. Tan suavizado que a veces incluso se evita el encuentro sexual, como en algunas poesías del amor cortés medieval. Podríamos añadir que el amor también es erotismo acompañado de un estallido emocional; a veces más pasional, otras más dulce y tierno
A pesar de los numerosos libros y estudios que tratan el tema, el amor sigue siendo otro misterio más sin desvelar. Psicólogos, neurólogos, filósofos, sociólogos, etc., han tratado de descubrir las claves que definen ese extraordinario estado mental, pero apenas han arrojado algo de luz sobre el tema.
Los que sí han tenido relativo éxito han sido los creativos del marketing, que ponen mucho de su parte para que un 14 de Febrero como hoy, día de San Valentín, aumenten las ventas puntuales de perfumes, joyas, relojes, lencería, etc., entre otros románticos productos
Por cierto, ¿Sabéis el porqué de la forma del símbolo del corazón? ¿Hoja de Silphium? ¿símbolo tántrico del yoni? ¿corazón de vaca? ¿Glúteos femeninos?... Lo que está claro es que podría ser cualquier cosa salvo un corazón humano, al que en poco se parece
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